Conservación de la Leche Materna
Siguiendo con la celebración de Semana Mundial de la Lactancia Materna, hoy queremos hablaros de la conservación de la leche materna extraída. Esta es una buena opción si has de ausentarte y quieres que otra persona le de a tu bebé tu leche, por ejemplo, cuando tengas que volver al trabajo.
Sobre las diferentes técnicas de extracción de leche hablaremos en otra ocasión.
En primer lugar, debemos de utilizar recipientes libres y adecuados para guardar la leche (válidos para alimentación y que lleven el correspondiente símbolo, de plástico o de cristal) en el congelador, podemos comprar productos dedicados a este fin o podemos utilizar otros. Los recipientes a utilizar deben ser pequeños, de unos 50 a 100 ml, para que cuando necesitemos descongelar leche lo hagamos solo con la que vayamos a utilizar y no desperdiciemos.
No nos podemos olvidar de etiquetar cada recipiente que congelemos con la fecha de extracción.
A medida que vayamos necesitando la leche, iremos descongelando siempre la leche más antigua.
Para descongelar la leche podemos calentarle agua en un cazo, y una vez retirado del fuego, introducir el recipiente con la leche, nunca se debe calentar al baño maría ni directamente al fuego. Otra opción es calentarla en el microondas, pero no descongelarla en él.
En cuanto a la duración de la leche materna extraída, la leche recién extraída puede permanecer entre 6-8 horas a temperatura ambiente, de 3 a 5 días en la nevera (a 4ºC) y dos semanas en el congelador.
Sobre la leche que tenemos congelada y queremos utilizar, hay dos opciones, si la descongelamos en la nevera puede permanecer ahí durante 24 horas, si la descongelamos fuera de la nevera podemos dejarla de nuevo en la nevera una vez descongelada durante 4 horas. En ninguno de los dos casos debemos volver a congelarla.
Siempre debemos desechar la leche que nos sobre.
Por último, para evitar que la leche cambie de sabor, la mejor opción es congelar la leche nada más extraerla y calentarla nada más sacarla del congelador.
Sobre las diferentes técnicas de extracción de leche hablaremos en otra ocasión.
En primer lugar, debemos de utilizar recipientes libres y adecuados para guardar la leche (válidos para alimentación y que lleven el correspondiente símbolo, de plástico o de cristal) en el congelador, podemos comprar productos dedicados a este fin o podemos utilizar otros. Los recipientes a utilizar deben ser pequeños, de unos 50 a 100 ml, para que cuando necesitemos descongelar leche lo hagamos solo con la que vayamos a utilizar y no desperdiciemos.
No nos podemos olvidar de etiquetar cada recipiente que congelemos con la fecha de extracción.
A medida que vayamos necesitando la leche, iremos descongelando siempre la leche más antigua.
Para descongelar la leche podemos calentarle agua en un cazo, y una vez retirado del fuego, introducir el recipiente con la leche, nunca se debe calentar al baño maría ni directamente al fuego. Otra opción es calentarla en el microondas, pero no descongelarla en él.
En cuanto a la duración de la leche materna extraída, la leche recién extraída puede permanecer entre 6-8 horas a temperatura ambiente, de 3 a 5 días en la nevera (a 4ºC) y dos semanas en el congelador.
Sobre la leche que tenemos congelada y queremos utilizar, hay dos opciones, si la descongelamos en la nevera puede permanecer ahí durante 24 horas, si la descongelamos fuera de la nevera podemos dejarla de nuevo en la nevera una vez descongelada durante 4 horas. En ninguno de los dos casos debemos volver a congelarla.
Siempre debemos desechar la leche que nos sobre.
Por último, para evitar que la leche cambie de sabor, la mejor opción es congelar la leche nada más extraerla y calentarla nada más sacarla del congelador.
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