Maternity Blues y Depresión Postparto

Tras el parto, la vuelta a casa… se produce una etapa de importantes cambios, que en ocasiones, no corresponden con lo que habíamos imaginado. Hay que adaptarse a la nueva vida, un nuevo miembro en la familia, se modifican todos los hábitos y rutinas que quizás hasta ahora ni nos habíamos planteado. Aunque el embarazo haya sido deseado y quieras a tu hijo mas que a nada en el mundo, los cambios físicos, hormonales y psicológicos que se producen hacen que puedan aparecer sentimientos encontrados. 

Es importante saber hasta que punto esto es normal, y cuando hay que buscar ayuda profesional. Por ello es muy importante acudir a las revisiones postparto con tu matrona y tratar todo esto.

El Maternity Blues, disforia postparto o melancolía posparto, consiste en un estado emocional que se produce entre el tercer y el quinto día postparto, a consecuencia de los cambios hormonales y psicológicos propios de esta etapa. Se caracteriza por una labilidad emocional, miedo, tristeza, llanto sin razón aparente, ansiedad, irritabilidad, sentimientos de desesperación… En conclusión, esa sensación de que se te cae el mundo encima. 

La duración de este estado emocional es de unos diez días, tras los cuales ira desapareciendo sin ningún tipo de terapia psicológica o tratamiento farmacológico. 
El ``tratamiento´´ necesario es recibir el apoyo adecuado del entorno y fomentar el vínculo emocional con el recién nacido, diversos estudios indican que la lactancia materna disminuye el riesgo de sufrir este maternity blues.


Una parte de las mujeres que sufren este maternity blues, puede desarrollar una depresión postparto.  En la depresión postparto, los síntomas son más marcados, apareciendo apatía, falta de placer ante cosas que antes disfrutaba, fatiga, cambios de apetito, insomnio o hipersonmnia, activación o enlentecimiento psicomotor, sentimientos de culpa o inutilidad, disminución de la concentración y de la capacidad para tomar decisiones, y en los casos mas graves, ideas de muerte. 
Su duración es mayor a dos semanas y afecta a la capacidad para afrontar el día a día y el cuidado del bebé. Necesita ser valorada y tratada por un profesional sanitario. 

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